Aunque no existiera el enemigo
el ser humano guerrearía con su sombra
discutiría con su imagen en el espejo
y, hoy en día, con gran enfado,
borraría sus autorretratos de la red.
Aunque el amor fuera imposible
el yo poético escribiría líricos versos
soñaría abrazos en el rojo atardecer
y, hoy en día, con nula esperanza,
publicaría sus poemas en la red.
Aunque no resucitaran los muertos
el sobreviviente miraría las estrellas con fe
les hablaría a ellas como a sus amores idos
y, hoy en día, con sincero llanto,
expresaría su nostalgia en la red.