SIGNOS Y CÓDIGOS
El Tiempo, monstruo
de monstruos sin cabeza y con ocho brazos
acabados en otros tantos signos
en vez de manos.
La Persona, víctima
atrapada siempre entre dos de esos signos.
El Sabio, lee
códigos del Tiempo como profecías
para esculpir sus leyes en dura roca.
Cambia el Tiempo de manos sin pausa
y por obligación.
La persona ha de tener memoria
por deformación.
A cada individuo su tiempo
a cada víctima su monstruo.
La Nuez es el primer signo
capaz de representar y crear imágenes,
le sigue el Músculo destrozador del Mundo,
a Él un Tambor que asusta y enardece.
El cuarto es el Pino conocedor de la Historia.
Va luego un Cohete
fuerza impulsora de la procreación
seguido por el Barro
llamada a enseñar acariciando.
El penúltimo es un Espejo,
así me ven, así debo ser
y para el final queda el Precipicio
atracción y miedo en su profundidad.
El signo del brazo superior manda
el inferior matiza.
Al revés no es mejor ni peor
y en todo caso dura lo mismo.
Vivir es jugar a juegos con las reglas
que el Tiempo no establece
solo sabe que el cambio de signos
es seguro y constante.