El
humor es pequeña arma, venganza
compasión,
y alocado juego eterno.
Mi
canción, corta fuente de esperanza
como
sueño de víbora en invierno.
Yo,
cual niño jugando con confianza
voy
feliz sin creer en el infierno.
Mi
mirar de color el día pinta,
las
palabras poéticas se agolpan.
El
futuro de alguna forma canta.
Las
semillas lanzadas no me culpan
son
heridas con vida pura y lenta,
primaveras
que siempre me disculpan.
Las
certezas jamás resisten años.
Los
amantes se van y dejan olas
que
mis piernas no saltan sin rasguños.
En
los tiempos futuros, sin peajes,
vestirán
los deseos buenos paños
y
arderán de mentiras sus ropajes
Los
amigos que todo me perdonan
con
curiosas miradas intrigantes
sobre
el palco del tiempo se abandonan.
Nunca
solo, que voy con caminantes
que
de ayer la canción juntos entonan
su
memoria transforma nuestras mentes.