Eres enigma viviente
esfinge-cofre del misterio y carcelera
de preguntas sin respuesta
y los secretos eróticos.
Un halo de frío azul
envuelve tu intensa mirada.
Faro de la luz del mal
sobre un cuello de cisne.
Tus piernas recogidas por brazos
(incapaces para el abrazo).
Cuerpo caracola inspirador
de todo el pánico inhumano
de lo feroz y lo salvaje.
El mundo sobre el que reinas
es desierto desolado.
Vigilas espantando la compañía,
escudo refractario a la evasión.
Y aún así te retrato,
te tolero y en ti busco
el sentido de esta comezón constante
que otros llaman vida.