Felices por su estancia dentro el útero.
Paraíso perdido de miedosos:
al incierto camino sin cadenas,
a las heridas del convulso amor,
al fracaso del propio ser futuro.
Jueces armados con reglas morales.
Vistiendo una coraza protectora:
cuando recorren un camino incierto,
cuando desprecian la fraternidad,
cuando luchan por su señor feudal.
Lacayos sordos a libros y besos.
La atención prisionera en tecno-mundo:
en el trabajo sin espacio fijo,
en turbias recompensas virtuales,
en jugadas de manos prisioneras.
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