Enmudezco: ante su mirada de deseo,
eterno tuétano del esqueleto del mundo,
ante la ternura de su abrazo húmedo,
constante premonición del fin del tiempo,
ante el espectáculo de su cuerpo desnudo,
primera voz en la enciclopedia de la vida.
Ay, si mi lenguaje supiera apresar
las metonimias del deseo y del amparo
o la sabiduría del simbolismo humano,
ya nunca estaría mudo
y escribiendo mirada, abrazo y cuerpo
sería mi poema algo vivo, por un instante.
Por un instante ha estado vivo,pues a través de esas palabras yo lo he imaginado.
ResponderEliminarGRACIAS
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