DESOLADO CANTO
La gran música tocada con acierto
es agujero negro para el espacio y el tiempo.
Las chispas de emoción de ese cataclismo,
lavan la conciencia, sanando temor y precaución,
son estrellas que iluminan la noche de la poesía.
La letra de la canción, cuando repetida,
conocida y asumida por el oyente,
es potente licor que nos hechiza y empuja
a ser héroes por un instante, en luchas
contra el monstruo de la rutinaria servidumbre.
Voceo mis versos en el impreciso lugar
donde creo que habitan muchos muertos.
Con la mejor intención y el peor acierto.
Yo compongo estas estrofas para ellos,
a sabiendas de que su lenguaje es:
el de la piedra, la luna, el viento y el agua.
Sé que entienden, lo compruebo a diario,
el piar del canario y el rugido del león,
con más precisión que mi desolado canto.
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