Me siento viejo, no mayor ni anciano, viejo.
Me duele pasear en la tarde de pandemias
viendo a los adolescentes de la mano;
con la medalla del sexo dos veces prohibido
con el doble placer de amar ignorando prohibiciones,
por no tener edad, por no tener responsabilidad.
Un viejo con los achaques de todos los viejos,
la terrible idea de que he perdido la vida
por que no poseí la inconsciencia suficiente
para derrotar a todas las Inquisiciones.
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