¿Por qué publicar? Esta alegría que sentimos cuando vemos crecer una cosa que ha adquirido cuerpo merced a nuestra gestión, ¿cómo no ceder ante la necesidad irresistible de que participen en ella nuestros semejantes? Igor Stravinsky.
Me pasa algo parecido, salvando las distancias, que disfruto tanto escribiendo que la alegría de realizar algo me impulsa a compartirlo.
p.d. (Si vas a intentarlo, ve hasta el final. No hay otro sentimiento como ese. Estarás a solas con los dioses.) Charles Bukovsky
De las aburridas ovejas saca lana la pastora. Dos ovillos completa con la lana la hilandera. Uno blanco y otro negro. El mago con su arte dos gatos de ambos hace. Gato blanco y gato negro. Cansados después de jugar, a un hombre los gatos crean.
Le llaman amo y señor sueñan vivir felices con él. Luz el blanco y Noche el otro.
Interroga el amo a los gatos para saber de dónde vienen. Noche inventa un dios eterno y Luz cuenta cosas de la lana. Dios, hombre, gato e hilandera. De las ovejas y la pastora ¡ya nadie se acuerda! Noche es amable, Luz no.
Mejor que el amo no esté solo, dice Noche una tarde oscura. Y ¿a mí que me cuentas? contesta displicente Luz – dentro de nada todos pardos. Luz engaña, Noche, no. El mago compensa sus almas: da a Noche la más tranquila y una ruin alma al gato blanco.
Luz duro corazón azabache. En un momento del giro de la rueca los jóvenes gatos se pelean. Parece un juego inofensivo aunque es muy alto el precio a pagar. Cada vez que juegan siempre es Luz el ganador. Noche pierde y se consuela. Cristaliza la soberbia del gato blanco en duro corazón azabache. Para el pecho negro guarda el mago los brazos de nube blanca que abrazan suaves a los derrotados.
Fin de los juegos de gatos. Jugando, Noche muerde a Luz y Luz degüella a Noche.
Rojo coágulo en negra piel, rubí de venganza concentrada, ira eterna, rojo sobre negro. Nada comprende el hombre, y cada mañana al amanecer si la aurora mata al sueño siente una confusa frustración.
En las letras que ideo, un sueño esculpe y pinta el gris pasar del tiempo, y entonces mi verso es flor sencilla con aroma de vida, aunque mis tormentos sean sangre putrefacta. Si al acostarme, veo solo rostros tristes de noche, son recuerdos de penas. Por ello escribo el poema de la sal que escuece de verdad. En las locas tardes de otoño las horas mueren siempre con un modesto grito, y así me ocurre que mi texto lo dibujo nostálgico del cielo, porque los bellos rostros del día son recuerdos alegres.
Mi abuela me sermoneaba así: «Vivir es soñar un cuento coherente. La Vida es un tiempo interpretado. El efecto busca constante su causa. El Pecado crea el tiempo del poder y el Paraíso imagina un tiempo inmóvil». Pero la poesía me enseñó esto otro: «Morir es acabar con el espejo. La Muerte es la duración cierta de sentir solo la Nada atemporal. En eso empleas mucho tiempo, pero el sol también se apagará».
POETAS SIN SOFÁ: REGRESO: Regresar a los orígenes, al pequeño pueblo que te vio nacer y que solemne abandonaste un día. Volver al caer la tarde y que la m...