Nadie ni nada es perfecto.
Nada ni nadie es dios.
Personas con cuerpos bellos
tendrán espíritus contrahechos.
Si por fuera tienen defectos
gozarán de un mejor interior.
Errores y aciertos, bien y mal,
y felicidad y dolor, no coinciden,
ni en el tiempo ni en el espacio,
y en una vida se compensan.
Los desastres de la vida
experimentados con dolor
con una monótona tranquilidad
se igualan en la memoria al fin.
Los momentos oceánicos
sentidos como feliz rapto eterno
con una vida de amarguras
se tienden al fin a nivelar.
Por suerte la vida no es una balsa de aceite, y vibramos, erramos, rectificamos, con suerte, y ahí seguimos en este filo de navaja.
ResponderEliminarUn abrazo
Exacto, así es nuestro camino.
EliminarUn abrazo.