El lunes recuerda
los días cuando la libertad
no pendía de una cuerda.
El martes espera abrazos
y desespera en la cocina
pegándose con los cazos.
El miércoles compra
provisiones y necesidades
entre visiones y necedades.
El jueves camina
por el fino hilo de la locura
que ninguna aplicación cura.
El viernes salva la amargura
con la sencilla ternura
de una video-llamada.
El sábado no hay prisas
si el pan no se ha acabado
y en la cama hay risas.
Los domingos por la tarde
confinado y arreglado,
arde su verso encarcelado
que el lunes recuerda.
Arden los versos por todos sitios.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un beso Amapola. Ahora que es imposible que no sea virtual. Me alegra mucho leerte. Ánimo.
EliminarY así dos semanas más.
ResponderEliminar"Chi lo sá"
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