De noche, en una pesadilla
con aspecto de sueño despierto,
una forma multiforme le visita.
Primero, esa visión es un cuerpo
de anciana con mirada de niña
que al abrazarle dice:
«No en el tacto ni el beso,
en la imaginación.»
Luego, esa aparición se convierte
en un naranjo con frutos de oro
murmurando al viento:
«No en el bolsillo ni el banco,
en el corazón.»
Por último toma el aspecto de un libro
donde se lee:
«No en la fama ni el éxito,
en un dios-amor.»
Quizás por eso de día escribe
y canta a su dulce dios menor.
Escribir a veces es terapéutico.
ResponderEliminarBesos.
Psicoterapéutico incluso.
EliminarBesos.