LA TORRE DE BABEL
Quiero ser el dios del poema.
Decidir desde un lejano trono,
avatares, muertes y resurrecciones
de los ínfimos seres creados por mí.
Me rebelo ante su osadía.
Estudio el caso con detenimiento.
La solución la trae el café,
nada de plagas bíblicas,
ironía frente a la sangre habitual.
Soy su padre, ellos mi progenie.
Tras mi estrategia no se entienden
han dejado de ser como hermanos,
suenan divergentes, como extraños,
el lenguaje crea mundos extranjeros
entre ellos, mis hijos.
Me lo explica otro Creador:
Yo tampoco entendí a mis criaturas.
Aunque no me consuela, ayuda.
El mundo de las Letras y el real son muy parecidos, consecuencia uno del otro.
ResponderEliminar¿Quién es hoy en día más real, Don Quijote o Cervantes?
EliminarEntre familia anda el juego=?
ResponderEliminarno sé si me fui del poema
sorry please
No, ¡qué bueno, qué gracioso!
EliminarLa familia bien, gracias.
Kisses mil.
Una vez creados...se van de las manos...
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