A LA HORA DE LA COMIDA VII Y FIN.
Para postre de semejante almuerzo han dejado todos tácitamente que intervenga el "colgao" de los porros de oro. Siempre dejan un regusto extraño sus palabras que son excelente prólogo para un café y una copa, o bien para una siesta reparadora.
El Nano
¿Quiénes eran los hombres león
que caminaba en mis sueños
cuando yo era un gordito y somnoliento bebé
en una habitación cuyas paredes eran puros milagros?
¿Quiénes eran los hombres león
con caras de pieles y melenas
que se inclinaron sobre mi cuna a bendecirme?
¿Eran esos que me colgaron del cuello
el pergamino que decía
"Yo soy el creador de mi espíritu y de mi alma"?
Me veo a mí mismo como me dormí
–todos los bebés que duermen
son gigantes de tamaño indeterminado
soñando en un universo sin límites,
con las piernas regordetas tendidos
sobre brillantes hojas acolchadas.
Y SOBRE MÍ SE ALZARON
y fui llevado a su rebaño
–Recuerdo sus puntiagudos dientes
y bigotes al inclinarse para sonreír–
y el aroma de su piel en la habitación.
¿Quién soy?
No recuerdo, pero
¡sé que soy la fuerza de un millón de amores!
Michael McClure (1932-)
Michael McClure
1932
The Child
Who were the Lion Men who walked in my dreams when I was a fat and sleeping babe in a room whose walls were miracles? Who were the lion men with faces of fur and manes who bent by my crib to bless me? Was it they who implanted the scroll that said "I am the maker of my spirit and soul"?
I see myself as I slept - all sleeping infants are sizeless and giants dreaming in an universe inmeasurable with plump legs sprawled upon shining quilted sheets. And over me they towered and I was bring in their passage. I remember their pointed teeth and whiskers as they stooped to smile - and the scent of their fur in the room.
Who am I? - I can't remember but I know I am the strength of a million loves!
El postre ha sido suculento.
ResponderEliminarEl Nano no sé si está "coloco" o no, pero ha estado sembrao.
El verso final es apoteosico.
Coincido con ver la identidad como la fuerza del amor. Pero me puedes explicar ¿por qué un pequeño y despreciable mal se acaba imponiendo siempre?
EliminarPobre de mí!, ¿explicar yo a un poeta?
EliminarPero como la ignorancia es muy osada, allá voy: porque el mal tiene tantas aristas que es difícil que alguna de sus heridas no te dejen huella.
Es posible que haya algo de eso. Gracias.
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