La escalera
Una semana tardé en ascender
el primer peldaño de la escalera.
Como un enano colgado de noche
sobre el vacío soné pesadillas
de miedo e impotencia.
Más tarde un escalón al día.
Una subida despreocupada
de quien ignora la longitud
de la escala y sobre todo
le es indiferente a donde lleva.
Hubo un tiempo de saltar
de dos en dos los tramos
cercanos a la cima.
¡Qué fuerza, qué valor!
Sentir la ascensión casi plana.
Pero todo llega
y hoy comienzo
un doloroso descenso
contra mi voluntad.
La vida es así y nadie puede alterar su ritmo.
ResponderEliminarPues ahora es ritmo cuesta abajo y sin freno...
EliminarLo que es la vida...
ResponderEliminarEse final del que no hay escapatoria...ay
Besos.
Y pensar que se pueda disfrutar de la vida hasta en los momentos de abismal caída.
EliminarBesos.