A los ojos de los jóvenes
¡Qué mal olemos!
¡Qué mal olemos!
Nuestros alientos de abuelos.
Al olfato de los jóvenes
¡Qué mal cantamos!
¡Qué mal cantamos!
Nuestros villancicos rancios.
Al tacto de los jóvenes
¡Qué mal jodemos!
¡Qué mal jodemos!
Nuestro barrigones gruesos.
Al gusto de los jóvenes
¡Qué mal vestimos!
¡Qué mal vestimos!
Nuestros penosos atuendos.
Al oído de los jóvenes
¡Qué mal pintamos!
¡Qué mal pintamos!
Nuestras viejas Navidades.
la historia se repite.
ResponderEliminarPues fíjate que precisamente los abuelos son los que más valoran el espíritu de estas fechas, y en cuanto a lo demás, a más de un joven le traería cuenta aprender de sus abuelos. Besos y felices fiestas Julio :D
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