martes, 20 de octubre de 2020

LA MONTAÑA

 


El-la artista, es mi héroe-heroína,
humilde en el sacrificio generoso.
Su ángel interior,
como el tuyo y el mío
no conoce la maldad.
Todos los ángeles son buenos.
No se deja engañar por su duende,
compañero en tiempo acompañado
de avaricia soberbia lujuriosa.
Sabe de su misión
y no viste para agradar,
deseando ante todo, ser.
Su demonio le saca de paseo
para hacer de su vida un fraude
y no vence jamás cuando le dice
has de ser alguien.
En la necesidad de no caer
envío mi homenaje a vosotros, 
ángeles en la red, poetas del teclado.

6 comentarios:

  1. Bella entrada me gusta como escribes\
    Un vomito maravilloso del alma

    ResponderEliminar
  2. El arte, en cualquiera de sus expresiones, es un vehículo maravilloso con el que ser y crecer como personas. Es como miles de mensajes en botellas, que cada uno descifra desde su mirada, y desde ese sentir que (nos)inunda… Héroes sin capa, aquellos que lo prodigan, y que, a través de sus letras, cincel o pinceladas, entre otras..., gritan, ríen o lloran; (pro)claman esa belleza del alma y de tantos valores que, a veces, parecen olvidados…

    Magnífico e inspirador poema, Julio.
    Un placer leerte.

    Abrazos, y feliz noche.

    ResponderEliminar
  3. Hola Julio, primera vez
    que me tomo un paseo por
    tus letras y sinceramente,
    me agrado mucho el arte
    de tu expresión y si me
    lo permites seguiré tu blog.

    Besitos dulces
    Siby

    ResponderEliminar

Mensajes moderados, pronto publicados. Gracias.