El amor romántico
vieja
mercancía
–tejado
de uralita
en
chabola inculta–
cubre
cualquier
resquicio
de duda.
La
amante a la fuga
vieja
imagen
–ropa
de diario
para
el joven moderno–
sabor
a barro sucio
con
fuego apagado.
La
madre idealizada
vieja
trampa
–fuente
del deseo
de
auto-afirmación–
y
antelación falsa
de
verdades duras.
El
destino deseado
vieja
avanzadilla
–mirilla
del futuro
para
el huérfano–
sueño
de cemento
endurecido
y ondulado.
Ese final visto desde la mirilla es demoledor...cemento endurecido y ondulado!
ResponderEliminarUfff
Besos.
Buena foto!
No siempre acaban bien los versos.
EliminarUn beso.
Ya,no tienen porqué acabar bien...
EliminarHuérfanos sueños...
ResponderEliminarMe gustó.
Un abrazo.
Muchas gracias.
EliminarDoble abrazo.