En el parque se
sienta el viejo
a tomar el sol
en el banco,
sobre su cabeza
gravita el silencio.
Mientras, juegan
los niños a distancia
bajo un
estruendo brillante.
En un hueco
interior del viejo
el deseo y el
hambre de ternura
y en sus
huesudas manos, vacío.
Mientras, los
niños se dan la mano
partiendo en
fila hacia la merienda.
Muere un poco
más el viejo
en la tarde del
silencio solitario
revolotea una
mosca en su sombrero.
Mientras, los
niños cazan mariposas de oro
jugando en
sueños en el recreo.
El contraste que sentencia el tiempo...versado en un poema.
ResponderEliminarTan duro como real.
Besos.
Unos instantes de contrastes.
EliminarBesos.
Sí
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