[...] y gira en torno indiferente el mundo...
J. de Espronceda.
En el ojo del tornado del dolor
amanecido al fuego de una ausencia
el sol ilumina la fachada de enfrente
como un día veinte de un mes cualquiera.
Y la gente va a sus cosas medio dormida
imbuida de una apatía desconcertante.
amanecido al fuego de una ausencia
el sol ilumina la fachada de enfrente
como un día veinte de un mes cualquiera.
Y la gente va a sus cosas medio dormida
imbuida de una apatía desconcertante.
Yo les grito en vano, por su sordera.
La mayoría de la gente vive en una especie de anestesia,no son sensibles a nada más que a cuatro chorradas borreguiles.
ResponderEliminarYa puedes gritar que no...
Besos.
Es un consuelo.
EliminarBesos.