Cae del azul el albatros de Baudelaire
y la gaviota de Crane se zambulle.
Cae el hombre de Panero
ese que sempiterno fuma LM
sobre la página en blanco.
Se agrieta el vidrio de la coraza
del Caballero de los Espejos
y supura sangre por la herida
con sabor a miel de poesía.
Es el turno de llegar a la médula
a esa nada ácida y amarilla
- acompañando a Elliot en un cuarteto -
y atravesar juntos la orgánica piel
que envuelve las perversiones
de todo humano corazón de limón.
Desde luego son poetas sin sofá. La herida de Panero es indescriptible. Abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarAbrazo.
El sabor a miel de poesía que siempre da vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un poético comentario.
EliminarAbrazo.
Somos corazones de limón con cara de mandarina dulce casi siempe, pero hay quien puede, y sale como está, desnudo, a la vida, al arte, a la guerra de vivir.
ResponderEliminarUn abrazo
A vivir y a intentar decirlo.
EliminarAbrazo.