(un caminante...)
Recorre librerías y cementerios,
adquiere versos de voces muertas.
El tiempo para él es viento de cultura.
Los sabios muertos ya deben conocer
y duda si lo imaginado por él coincide
con su saber sin sujeto condicionante.
(un caminante...)
Se pregunta por el poema del Ángel.
Ese que es letra de la canción escrita
y cantada por espíritus en lo abierto.
Luego escribe su poema imaginario,
elegía sobre los poetas sin cuerpo
y llamada para futuros caminantes.
Habrá que leer el poema. Promete.
ResponderEliminarEn ello andamos.
EliminarSaludos.
No sé si te refieres a este Ángel, pero como me gusta mucho, a juego con el tuyo te lo dejo ...
ResponderEliminarEl Ángel
Que el hombre no sea indigno del Ángel
cuya espada lo guarda
desde que lo engendró aquel Amor
que mueve el sol y las estrellas*
hasta el Último Día en que retumbe
el trueno en la trompeta.
Que no lo arrastre a rojos lupanares
ni a los palacios que erigió la soberbia
ni a las tabernas insensatas.
Que no se rebaje a la súplica
ni al oprobio del llanto
ni a la fabulosa esperanza
ni a las pequeñas magias del miedo
ni al simulacro del histrión;
el Otro lo mira.
Que recuerde que nunca estará solo.
En el público día o en la sombra
el incesante espejo lo atestigua;
que no macule su cristal una lágrima.
Señor, que al cabo de mis días en la Tierra
yo no deshonre al Ángel.
- Jorge Luis Borges -
Un abrazo!
¡Qué maravilla de comentario! Me deja sin palabras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, María.