Condena es, aceptar las medias verdades
como si de un pedigüeño se tratase,
y no poder gritar la propia creencia personal:
«el amor es entrega incondicional a lo amado».
Esta idea líquida opuesta a pétreas convicciones
no desafía al tiempo, pero por su fuerza,
es importante energía que crea mundos,
supervivientes del instante.
Porque lo que creemos duro y eterno
se vuelve polvo deshecho por el tiempo,
combustible idóneo para los sueños
y mal argumento del poema.
Pero un charco de amor sin condiciones
siempre puede poseer un reflejo lunar.
El ángel espera el milagro
y poder gritar su verdad-lágrima,
por sí sola no llegará a completar un mar
y deberá lanzar su líquida construcción
para juntarla con otras en un almacén general.
Hasta la verdad flaquea, pues otras la remplazan. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarCarlos, gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.