Le pregunto al ladrillo recién colocado
sobre su significado profundo.
Del hombre que construye la pared
no hace falta indagar las motivaciones,
es por dinero, es por sobrevivir.
Manda el mercado sobre el barro cocido
y obedece el ladrillo el plan heredado.
Busco en las sílabas pronunciadas
el hilo que va del sentido al símbolo.
Del poeta que recita acompañado a la guitarra
no es necesario imaginar sus emociones,
es el ahogo en el mar de los sentimientos.
Ordena el nervio pronunciar a la boca
y obedecen la respiración y el gesto.
Hablo con la gaviota vecina del barco
sobre la consistencia del aire.
Del marinero que mantiene a flote el navío
no escucho los consejos para la red social,
por soledad no se separa del teclado.
Prevalece el sentido común en el adulto
equilibrando el deseo de volar.
Volar como gaviotas, caminar como personas, aceptando las piedras del camino .
ResponderEliminarBonito poema.
Una lectura muy poética.
Eliminar¡Qué bello lo has sabido decir!
ResponderEliminarMuchas gracias. Me encanta que lo digan.
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ResponderEliminar... pero siempre prevalece el deseo de volar, no?...
Abrazo, Julio
Volar, con alegría celebrar la vida.
EliminarAbrazo.
Pues adulto también y muy significativo tu poema (me parece identificarme con lo que en él se expone tan bien) La vida es siempre ir haciendo. Hacer es aprender un poco más. Hasta el fin requiere -requerirá- su aprendizaje correspondiente, ¿no crees? Muchas gracias por el poema reflexivo.
ResponderEliminarExcelente comentario. Enhorabuena. Gracias a ti por ello.
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