El pan de los míos no es cuerpo divino
sino barro artificial de nube y mundo,
tampoco el vino es sangre de dios alguno
que es río de amores y emociones verdaderas.
Ambos son realidades que alimentan
y son combustible de nuestros sueños,
ambos son verdad si los decimos
e imaginación para ser reída o llorada.
El Mundo nos da la cruz nuestra de cada día
y nosotros la burlamos o la cantamos.
El Paraíso nos libra de los males del tiempo
que nosotros recordamos con mucha sorna.
Todo es un absurdo con su sentido ilógico
para seres llenos de preguntas imposibles.
Todo en la vida es parodia de la nada
y en la muerte es un cántico a la vida.
Hay mucha vida en tus letras.
ResponderEliminarBesos.
Mil gracias, princesa azzul, amapola reina.
EliminarBesos
Cada quien elige su pan y su vino.
ResponderEliminarCada uno construye su verdad y cree sus mentiras.
EliminarMe gustó mucho, Julio.
ResponderEliminarUn beso.
Una inmensa alegría, tu comentario.
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