domingo, 23 de julio de 2023

EL CIELO

 


Este es el tiempo de los poetas silenciosos, amantes del espíritu, temerosos de la vida literaria y sus festejos, tímidos escribanos que se gustan en los encuentros interiores, buscadores del ángel, aprendieron la misión sagrada en Rilke, llamadas del violín. Quieren hacer hablar a la muda Naturaleza, latido de la piedra, en sus versos sin búsqueda de admiración, náufragos felices.

Este es el tiempo de los amantes solitarios, poetas del recuerdo, fijos en una fotografía inventada del beso, risible albatros, pues para otros es cuestión de burla su volar, locura en palabras, y para ellos es la gracia que bendijo su existir, dulce chantillí, a la que no importuna la araña ni el caimán, gracias Federico, porque nada puede la bala contra la verdad, poética locura.

Este es el tiempo de los pobres y malditos, legos de Instagram, ausentes de los cenáculos y sus cárceles, vaporosa soberbia, pues para ellos el cielo es el mejor espejo, reflejo angelical, donde se juntan con las imágenes poéticas, nubes puras. Es tiempo de reconducir la atención difusa, solicitado valor, hacia la voz de los gigantes poetas ausentes, empolvada verdad.

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