Le dijo un pino mediterráneo
a su primo siberiano:
"El cambio climático aunque es global
no cambia en todo el mundo por igual.
Aquí como todo es más suave
no se ven diferencias tan abruptas."
Terció en la conversación el de Alaska
y dijo que no envidiaba la dulzura
de las tierras de conejos y de olivos,
que él era un héroe en busca de desafíos.
Para terminar un abeto alpino recitó
la oda al glaciar desparecido:
"Oh, extensión de hielo,
ropa de novia para la roca incestuosa.
El amor por la Humanidad incendió
las pasiones y su calentamiento
nos lleva a la funesta desaparición."
Hiperbólico dijo el pino,
cobarde le insultó el ruso,
ya no te tengo por amigo
protestó el casi esquimal.
Y así cada pino volvió a su hogar
y cada mochuelo a su olivar.
Está bien que los árboles se comuniquen y expresen sus opiniones.
ResponderEliminarBesos.
Viejo truco de poetas, usado desde Esopo en la Antigua Grecia.
EliminarBesos, lunática Amapola.
jajajaja que buena imaginación y que bien lo dibujas con tus letras.
ResponderEliminarUn beso.
Es curioso porque para mi es triste que no se ponga la Humanidad de acuerdo en casi nada. Cada vez mayores desafíos globales y más enfrentamientos particulares.
EliminarUn beso, con envidia de tu Trafalgar.
Jajajjajaja ni los pinos se entienden,como la vida misma!
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos
Muchísimas gracias por pasarte, por la lluvia de comentarios y por los besos.
EliminarDeseo que pronto recuperes tus poderes de Hada colorá.
Besos