Con susto el joven y caución la oía,
cuando torrente de fuertes sirenas
como premonición de calles llenas
en manifestación gente traía.
Fútil discurso y fea compañía
dejar hizo al cliente
quien hacia el estruendoso y raro ambiente
la agencia por la puerta va evadiendo
y al tumulto añadiendo,
pasos dando veloces
según comprende el caso de las voces.
Iba feliz el joven admirando
esa clase sin par de andar con arte
en las manifestantes de esa parte,
despreocupado de los gritos, cuando
lastre para sus pasos fue su oído
dulcemente impedido
por vocal instrumento, que entonaba
una belleza sobre un escenario,
superando al murmullo numerario
de la concentración cuando cantaba.
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