El Doctor tiene mala conciencia,
los pacientes maltratados se impacientan.
Un día descubrió su precio,
que no era en dinero sino en lealtad
y asintió, al chantaje de la Organización.
Sin recursos en su Estado débil
ni poder adquirirlos para los quebradizos,
la respuesta, una estadística que negara,
la alternativa sería el caos.
El Doctor vence al mal con su constancia
pero no se libra del demonio.
Miedo y sumisión fueron sus armas
como en la Edad Media,
o en los campos del horror.
Aconsejo y prescribo pero no decido
la acción es responsabilidad del Ejecutivo,
se repite en la cama de madrugada.
Al Doctor le desvela la conciencia,
la familia olvidada se desmorona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Mensajes moderados, pronto publicados. Gracias.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.