Toca
el Pífano una melodía de seducción.
Mientras,
el fauno del poema de Mallarmé (ebrio de sensualidad animal,
borracho de vino, sexualmente entusiasmado y con la imaginación
atrapada en la presencia de dobles vírgenes contradictorias,
oscilantes entre el deseo y la castidad, yendo del ímpetu a la
timidez) asiste confuso a la naturaleza tanto del amor como de las
emociones sentidas, preguntándose si en el sueño que se acerca,
habitará como una sombra, esa ninfa doble a quién quizás amó, y a
su vez, si allí podrá aunque sea de una forma poética, perpetuar
ese fuerte sentimiento pasional sentido.
DEL
LAGO AL AFTER
Esta
mañana en el After
queriendo
negar la salida del sol
cuerpos
entre penumbra y destellos
indiferentes
a su identidad sexual.
Flotan
en la música electrónica
faunos
ebrios de cocaína
andróginos
de la consciencia negativa
de
lo natural y humano.
Alcanzan
solitarios orgasmos
buscando
aplacar sus cuerpos
almas
entre cielos y pornografías
indiferentes
a la realidad.
Decrece
la música con el deseo
fantasmas
volviendo a sus huesos
habitantes
de la ensoñación positiva
de
lo responsable y ciudadano.
De Debussy a la Máquina del after,vaya viaje!
ResponderEliminarTe imaginas que en uno de esos antros pincharan a Debussy? La música amansaría a semejantes faunos?
Jajaja... Al menos sería original y revolucionario. Pero seguro que algún DJ ya le está cambiando un poco el ritmo al solo de flauta y lo mezcla con un tachunda en la mesa.
EliminarBesos.