El mundo suena a calma
Olvida las cínicas palabras
Callan los truenos rabiosos
Se despejan las nubes carcelarias
Mis lágrimas felices
gotean cristalinas y puras
Isla de paz en el mar tenso
(el sueño del recién nacido)
Susurra la vida su magia
El amor paternal triunfa
más potente que la ira diaria
Dar a luz dar a milagro
Nacer al ritmo armonizado
plegaria de tempo mágico
Adagio de deseo y miedo
Fe en un Dios bondadoso
Oración apenas pronunciada
repetida y temblorosa
Mi corazón se para a saltos
Algo interno sabe de sobra
con intuición de profeta
que el rayo se acerca al árbol
Un adagio precioso, no podía ser pensado y creado en otro tempo.
ResponderEliminarGracias. El miércoles veremos si el tempo era adecuado.
EliminarTus versos tienen el tono y la cadencia de un adagio.
ResponderEliminarEse final me estremece,porque tengo el corazón así.
Perfectamente elegido ese Shostakovic.
La música y la palabra de la mano,en una hermosura lánguida.
Besos.
Bueno, me abrumas.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Besos.
Es que soy muy intensa.
EliminarMe alegro yo de volver a leer versos que me estimulan y me hacen disfrutar de la poesía.
Es un lujo en este mundo tan sórdido.
"Mi corazón se para a saltos
ResponderEliminarAlgo interno sabe de sobra
con intuición de profeta
que el rayo se acerca al árbol"
Estos versos, cierre perfecto para tu poema, vívidamente existencial, y al parecer paradójico, pero así es la vida. Un abrazo. Carlos
No puedo estar más de acuerdo.
EliminarUn abrazo, amigo.