Su cara fue mi dios. Solo con verla murió mi infancia mientras yo, nacía. Muerte y resurrección casi al unísono. La visión de su rostro fue: bautismo, un instante de tiempo detenido, marca de agua en mi química mental, llave para ser otro siendo el mismo e ideal de pureza en el amor. Muchas y fuertes falsas apariencias. Su sedosa mirada de cordero ocultaba maldades concentradas y al fin, aborrecí su mala sangre. Recuerdos que la vida difumina, un veneno mortal, sin medicina.
Un amor que se transformó en dolor. Besos amigo mio :D
ResponderEliminarExacto.
EliminarBesos.