Entrar en la envidiada casa. La morada de los espíritus puros. Llena de emociones pasadas y esperanzas futuras. Acceder al castillo de la misericordia y la verdad. Lugar donde los locos amables son libres de hacer el amor a las musas. Amar allí, la vibración de las cosas pero sin las cosas físicas.
Habitar un cuadro de Cézanne.
Un entusiasmo, una divina posesión, le guió hasta aquí. Fuerza para arrastrar su pesado carro, reacio a avanzar por caminos pedregosos. Ahora casi al final del camino la pregunta es insistente ¿Volverá a sentirlo? Ante la duda confía siempre en la Poesía escrita durante siglos, y se consuela de sus miedos con los versos.
Refugiarse en la poesía puede ayudar y mucho. Recordar lo vivido y saber que algunas cosas no volverán, pero existieron, estuvieron, se vivieron, también. Ahora toca escribir nuevas poesías con nuevas experiencias mágicas.
ResponderEliminarBesos amigo mío
Un beso, Margarita.
EliminarUn texto muy poético para comenzar el curso.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué alegría! Gracias por el comentario.
EliminarOtro abrazo.