SÁBADO DE GLORIA
Nunca tras la luz del monitor
un viento de emociones resoplara
como el de aquel Sábado de Gloria
en que la saliva en llanto se hiciera
al leer el poema en la memoria
y descifrarlo con ánimo glotón.
Jamás tras la aurora de un abril
un color de los cielos se logró
como el de aquel Sábado de Gloria
en que el rojo en azul cambió,
al besar su cuello, gozo en noria,
y abrazarla con locura senil.
Siempre, por tanto, ya voy a soñar
un vivir tan profundo y real
como el de aquel Sábado de Gloria
en que todo pecado fue venial,
día de amor y de juvenil euforia
que no por soñado sea menos verdad.
Me gusta tu estilo libre claro Saludos desde Miami
ResponderEliminarSaludos a ti que como la primavera eres eterno recomenzar.
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