No quiere mi razón al nuevo amor que nace
pues jamás desea, sus miedos, sus males.
Quiere que la cama, se transforme en cárcel
y la sinrazón se deshaga en vanas frases,
que los latidos cesen, sin vino en la copa
y que la mañana sea aburrida toda,
que la luna muera, con el amor lejos
y muchas lloviznas apaguen sus fuegos.
Siente gran malestar si caigo en amores
y para marchitar sus flores, da mil razones.
Se esfuerza en llevarme sin amor y cuerdo
encerrando en sueños los encuentros.
No me consiente el enamoramiento
e insiste en decirme cuando la veo:
¡Quédate dormido, soñando mil fiestas,
no poseas sus labios, disfruta en la espera!
En la espera, allí la felicidad posible.
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