domingo, 10 de enero de 2021

Cuesta de enero, cementerio de ilusiones

 


En este primer día del resto de mi muerte,
fallecida la luz de nieve ya vivida
y derretida la alegría sucia y obscura,
escribo el verso del lunes del recuerdo
porque aún soy sangre que ama ser libre.

Sale el sol en el martes de la esperanza
y el poema se vuelve cálido de mentira
que mi cadáver no siente su jugueteo
en la acartonada piel del vencido
porque ya soy sangre descreída del tiempo.

Falso cristo crucificado en miércoles
presido el calvario entre ladrones
mientras le hablo al mundo azul del hielo
con palabras que dignifican el dolor,
porque seré sangre de costado exangüe.

Se afina la cuerda del jueves de equilibrios,
o se ensancha mi pie que pisa sin fe
un aire denso con olor a humanidad
en la plaza dominada por los espejos,
porque mi sangre es una gota más del mar.

En el circo, los monstruos de cada viernes
me reconocen y les sonrío complaciente,
soy uno más de la pandilla obscura
en ese bar donde el olor a podrido es seña,
porque mi sangre es canto de mi condición.

Como los muertos ya no follan en sábado
la camisa dura hasta el domingo impoluta
y en su tarde final del fin de semana
descubro al ángel que ilumina el amor
y mi sangre es musa que reprende al duende. 

2 comentarios:

  1. El poema toda una metáfora, a la cuesta y demás sacrificios conque se inicia el nuevo año. Un abrazo. Carlos

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