En el paisaje interior soñado
amanece, crece, se alza
y desaparece un temporal territorio.
Al que llamo pentagrama de emociones
porque mi mente está viva y recuerda.
Un fantasma guía mi cuerpo
responsable del azul sentimiento
(placer de caricias y besos)
Un fantasma que tiene el mal gusto
de recordar perseverante
la negra muerte que todo lo tacha.
Mi rebelión ante ella no es airada
y se concreta un decidido trazo
del blanco color del espíritu.
Como inmortal broche a la obra
que representa mis circulares días.
Si hacemos balance en nuestras vidas nos damos cuenta que siempre los días son circulares.
ResponderEliminar¿Tú también así lo crees?
Eliminar¡Qué bien!
Un abrazo.
Lírica interpretación del lienzo...
ResponderEliminarLos días son circulares? Ay...todavía soy una ingenua.
En un solo giro de la luz febea...
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