Vuelo
y llamada son facetas del espíritu que a todos nos forma. Combinadas
en distintas proporciones (según el individuo) van pasando por el
tiempo de la vida. Para todas las personas hay un punto de inflexión
en su trayectoria vital y coincide con tomar conciencia de su
fugacidad, de su condición mortal.
El
dolor de conocer. / Temer morir con pavor, / sabor seco del vivir
Ya
nada será igual. Ningún bocado sabroso de los que la vida
proporciona, dejará de tener ese desagradable regusto a ceniza. Pero
por suerte el ser humano tiene armas de engaño suficientes y es
diestro en olvidos.
y
asir el conocimiento / ceniciento de la muerte, / que parte su
sentimiento.
EL
DOLOR DE CONOCER.
TEMER
MORIR CON PAVOR,
SABOR
SECO DEL VIVIR
Y
ASIR EL CONOCIMIENTO
CENICIENTO
DE LA MUERTE,
QUE
PARTE SU SENTIMIENTO.
¡Vaya seis versos! son magistrales, a la vez que amarrados a la dura realidad de la vida o de la muerte.
ResponderEliminarTe felicito.
Un abrazo
Un abrazo agradecido.
Eliminarla muerte no es tema de miedo este lado del mapa
ResponderEliminarUn saludo a los veraneantes.
EliminarLo que muestran tus versos no puede ser más cierto.
ResponderEliminarLo sé demasiado bien.
Besos.
Un beso.
EliminarGracias, Julio, por visitar mi txoko, que me ha permitido conocer el tuyo y tu poética tan bella y original. Encantada en seguirte.
ResponderEliminarSaludo poético
Gracias a ti.
EliminarOtro saludo de esos.