Ella iba siempre en busca de su voz
pero entre tanto ruido de la gente
no la encontraba, no tenía voz.
Pensó que quizá con aquel muchacho
cuando se creaba un silencio tierno
fuera allí donde habitara su voz.
Se fue con él en busca de su voz
pero entre tanto egoísmo y orgullo
no pudo encontrar su voz personal.
Vio cómo aquel era su gran error
cómo perdidas todas las batallas
su voz se apagaría para siempre.
Pensaba, recuperaré mi voz
si al fin logro escaparme de esta cárcel
pero no encontró llaves para su voz.
Hoy en un silencio de tanatorio
su voz es grito que todos escuchan
¡Maldita forma de encontrar su voz!
Ella iba siempre en busca de su voz
pero no fue esa la voz que quería
ni soportamos nosotros el grito
el grito de su voz.
Se me ha puesto el vello de punta leyendo tu entrada de este día tan trágico,
ResponderEliminarEspero que tu poema se haga realidad y el grito de estas 46 que buscaron su voz, sirva para despertar conciencias.
Un abrazo
Sí, hay que domesticar a mucho salvaje.
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