Presentación en la Ramón Llull del libro Estructuras disipativas de Clara Janés 17/11/07
Uno ayudó a Holan
Uno ayudó a Holan
a traducir a Góngora.
Otro permitió a Clara
escuchar a Vladimir.
Los traductores hicieron
que descubrieran su voz
y que la amaran,
y que se amasen
por encima de los siglos
y las muertes.
Todo por los traductores
celestinos entre lenguas.
Un fortísimo aplauso a labor,tantas veces en la más absoluta sombra,de los traductores.
ResponderEliminarMuy buena la imagen de celestinos entre los idiomas.
Besos.
La culpa en el buen sentido de la palabra, que no solo se ha de culpar a alguien de lo malo. Celebro que lo hayas entendido así tú también.
EliminarBesos.
Sí,esta es una culpabilidad de esas bonitas.
EliminarConfesaré que tuve una etapa de traductora.Pero profesionalmente sólo hice una traducción literaria,el resto...textos aburridos.
Un homenaje a los traductores muy merecido ya que nos permiten bucear en otras lenguas y disfrutarlas.
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