recordar con una caricia la esencia del deseo
revivir un beso de violenta desesperación
nacer al amor anciano
ignorando la viscosidad de la sangre
entender las miradas de súplica y olvido
ver en el reloj el espejo de la desprotección
habitar la cueva confortable
apreciando el olor de rancio sudor
no pronosticar aventuras ni batallas
no soñar novedades literarias ni de acción
dominar juicio espíritu y edad
sintiendo la pronta marcha del propio ángel
Lúcida melancólica mirada para no dejarnos derrotar por la resignación... Me provoca identificación... Tal vez porque sé que a cada instante aún volviéndome más viejo mana de mí tiempo más nuevo...
ResponderEliminarGran poema. Abrazo agradecido.
Un lujo para este blog, tu comentario.
EliminarEl implacable reloj y calendario que cada uno llevamos con nosotros, pero también esa sensibilidad para dejarnos impresionar por la belleza, la actual y la ya vivida que llevamos en nuestros recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Un abrazo, bueno mejor un beso que es bisílaba.
EliminarEl paso del tiempo y las emociones que se diluyen de forma distinta. Me ha parecido precioso :)
ResponderEliminar¡Cuánto me alegro! Gracias.
EliminarY sigue siendo amor. ¿Quién dice que el amor es sólo como el que vivimos de jóvenes? Afortunadamente, vamos aprendiendo en el camino. Las caricias me saben mucho mejor a mi edad que treinta años atrás.
ResponderEliminarPrecioso poema.
¿Es tuyo el dibujo?
Un abrazo
Gracias por el comentario y doble por el abrazo.
EliminarSí es mío el dibujo. La veo como la mano de la séptima elegía de Rilke, "abierta hacia arriba para agarrar lo inasible".
Me da que nos hemos convertido en un refugio de ancianos irreductibles. O algo así.
ResponderEliminarSuena a aldea de los galos con su druida y sus pociones. Pero la pregunta se mantiene ¿están locos los romanos?
EliminarNo siento la diferencia
ResponderEliminarpara mí no hay vejez
Todo depende como eres
Yo vivo feliz al revés
Enhorabuena
EliminarSiempre hay emociones y placeres, en cualquier edad la vida es hermosa !!!
ResponderEliminarAbrazo
El poema no es "El amor del anciano", sino que si hay un amor adolescente, otro juvenil y otro maduro ¿por qué no cantarle al amor anciano?
EliminarMás que un poema parece un epitafio. El amor no tiene edad, está certificado (tengo las pruebas en una carpeta). Menos recuerdos y más presente, para la viscosidad de la sangre está el Sintron (creo, no estoy seguro), para el olor a rancio sudor una buena ducha de optimismo y lo de las batallas, ahora que estoy cerca de Trafalgar, hay que empezarlas (las amorosas) y no rendirse nunca. Te lo dice un anciano (según se mire) enamorado.
ResponderEliminarEstamos de acuerdo. Si lees el poema atentamente, dice que el amor ignora, vence e incluso aprecia esos problemas.
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