sábado, 30 de noviembre de 2019

¿Quién es ella?


Ella me acerca una roca basáltica.
Me la entrega con gesto triste
y dice un para ti para siempre.
Yo lanzo el pedrusco al mar.
El humano orgullo tiene
la densidad de la roca negra.
Se hunde sin remisión
encerrado en circulares discusiones
mientras el agua le ignora
y cruza más allá del estrecho.

Ella roza mi mano, tumbados tras el coito.
El roce transmite perdón y cariño
mientras fuma su marca favorita.
Yo vuelvo inconsciente a la adolescencia.
La caprichosa memoria posee
la fluidez del humo del tabaco.
No es estable en un espacio cerrado
por eso los niños la ignoran
en su vida y locuras saladas.

Ella toma el libro de poemas favorito.
Recita en voz alta un poema sin retórica
mientras se mofa de mis abstracciones.
Yo veo bella esa incitación a la disputa.
La lectura del poema suscita
la controversia del límite
entre lo real y lo verdadero,
en un entorno lleno de engaños
mientras mi maestra desprecia
la máscara y el reflejo del mundo.

Ronca mientras yo imagino sus sueños.
Pienso que somos dos ancianos
amándonos sin saber cuanto nos queda.
Yo necesitaré la pastilla y ella la paciencia.
El sexo de los mayores reclama
la exactitud en las dosis del medicamento
y la imaginación llena de miedo
en una habitación a oscuras
mientras el actor principal sueña
solo e incapaz para los placeres.

Ella juega a casi todas las loterías.
Sola o en grupo de amistades
incluso con compañeros de trabajo.
Yo desprecio el azar y rezo para que no le toque.
El dinero del juego mancha al principiante
con la suerte-madre de la desgracia.
Adictiva llamada sin pausa
mientras el crupier canta.
Una nada y otra buscan el premio de la vida.

4 comentarios:

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