Las mentiras sin dueño se presentan
en mágicas bandejas, con placeres
que prometen benditas horas locas.
Desvelará el poeta mal y engaño
con su sátira lúcida y mordaz.
Norma de corrección para instruidos
sin vendas. Diatriba anti-poder
en un redil de ovejas impasibles.
Las verdades eternas se introducen
por mínimas rendijas como chispas
que iluminan obscuros claustros fríos.
Recogerá el poeta luz y sombras
en un poema vivo y consecuente,
cuerpo de comunión para lectores
inciertos, espectáculo de luz
en un mundo de topos insensibles.
Un poema muy bien traído por los tiempos que corren.
ResponderEliminarGracias, Tracy.
EliminarUn abrazo.