Porque no ignoro el lenguaje teatral, os dejo mis versos como monólogo de un ángel, que os aprecia, y un poco os envidia, en vuestra locura pasional por una vida que en realidad no es sino comedia.
En el lento despertar al mundo de la infancia
o en la continua batalla de la juventud.
En la tarde sin viento de la paciente araña
o en la desvelada obscuridad de la vejez.
Todo es transcendencia imaginada
y nada es exacto a nuestra intuición.
El traje sastre de las cosas estalla
porque no sabemos ver la verdad.
En el cielo norte de nuestro camino
o en el fuego sur de la pasión.
En el viento este de nuestras lecturas
o en el lago occidente de la vecindad.
Todo es símbolo lleno de sentido
y nada es exacto a nuestro significar,
el poema lírico de la sangre se derrite
porque ignoramos el lenguaje de Dios.
DE graN cuerpo filosófico. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias, Carlos.
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