Tiempo, zorro que corre y mira.
No cesa el poeta de poner trampas
para capturarlo en sus textos.
Libertad, león que ruge coronado,
lleva al escritor a un viaje,
sin peso de patrias, sin lazos del destino.
Sueño, salmón que siempre vuelve,
cambia ridículo por éxito soñado
mientras el poeta rema hacia su abismo.
Ritual, elefante que marca el paso,
apaga las luces del día en vela
y trae las llaves de la festiva noche.
Temor, pájaro que adivina la jaula,
canta los versos que son luz
para alumbrar sombríos corazones.
Vida, semilla que germina.
No cesa el poeta de amasar barro
con agua de miedo y tierra de deseo.
Muerte, río seco y borrado cauce,
para el escritor es desierto
cruzado sin cantimplora de amor.
Cielo, unicornio cegado de estrellas,
cambia la necesidad en absurdo
mientras al poeta le nacen alas.
Casa, gato sesteando al sol,
ruidos familiares encapsulados
y asombro vivo en el recuerdo.
Voz, viento que todo lo agita,
escoba en verso para barrer:
memoria, frustración y engaño.
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