martes, 11 de agosto de 2020

Rilkeana

 


Todos los ángeles son buenos, hasta el mío.
Busco en el lenguaje la sombra de su belleza
burlo el afán de prisionero ansioso
y no dudó en despertar a mi pura verdad.

Para dar corazón a lo inerte
acepto el mareo de la singladura
despisto al hipócrita, incito al vampiro
y baño de líquida verdad la dura piedra.

Al cabo, para ser nota mínima
en la inmensa sinfonía de la vida
salto al espacio-tiempo de los ángeles.


2 comentarios:

  1. Siempre genial y creativo aún en la distancia donde habitan los sueños y los payasos son poetas como dos enamorados con zapatones nuevos.
    Un beso a la luna del poeta.

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    1. Gracias. Tú que me lees siempre con cariño benevolente. Un beso, María.

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