«Versos –les dice– ya que no en la nube
como hijos míos vais de mi fortuna
y firma en propiedad.» Va recelando
de quien solo a mirar al autor sube
con mala intención, cuando
no de aquel copia y pega sin sal alguna.
Y cambiando el villano
la difícil estrofa en verso llano,
atento sigue aquella
–aún a pesar de los vocablos bella,
aún a pesar de sinonimias clara–
metáfora tan rara
–si el gran refrán anónimo no miente–
de quien su gran amor perdió, se siente
morir al leer el amor de día:
que veloz, del diario
la lectura apresura
quitando la amargura
de su joven almario,
fijo –y feliz ya con la sangre fría-
en esos textos, píldora que actúa
contra el dolor de amor y lo evacúa.
No es fácil evacuar el dolor del alma a veces.
ResponderEliminarBesos.
Lo dice una flor experta en dolores.
EliminarBesos.