Memoria amputada.
Lento devoraba su
memoria
un gusano
monstruoso.
Me dolía la
consciencia de mi madre
vuelta humo sin
sentido.
Apenas lograba
esconder el dolor
tras la hoja de
parra de una falsa sonrisa.
Cuando el bicho
desmembró
de sus labios la
palabra
quedé hijo
impotente
signo sin mundo,
vereda sin mapa.
Hoy vuelvo de su
entierro
y un espíritu sin
miembros habita mi cuerpo.
Hijo amputado del
tiempo sin condiciones
por un feroz
Saturno.
Un abrazo muy grande, muy grande... no sabes cómo te entiendo.
ResponderEliminarUn abrazo plus.
EliminarAquí solo cabe un abrazo,Julio.
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