miércoles, 11 de julio de 2018
A PANERO ETERNO DESASTRE
Últimamente me ha pasado de todo. Y de todo es nada bueno. He caído en una depresión de caballo. De las de verdad. He cometido dos estúpidos intentos de suicidio. De los de mentira. Me han internado en una institución. Mi compañero de comedor es un pirado mayor, que dice que se llama Leopoldo María Panero. Yo no me lo trago. Le sigo la corriente. Sobre todo porque escribe poemas. Leed este que os muestro:
XI
Sabedlo al menos por mi
Todo hombre tiene la estatura del desastre
Todo hombre es una amenaza amiga de la ruina
Ah de la ruina y ah del silencio interpuesto entre dos yos
Que es el único en tener la estatura exacta del desastre
Escribo estas sílabas extraídas
Del nombre de un perro
Son el nombre sin palabras de la ruina
Son la forma lésbica, baudelairiana y rabiosa de que estas páginas digan
¡Ay del hombre!
¡Ay de aquel que tuvo la estatura del desastre
y el secreto oscuro del amor!
Tarde Evelyn escribe con las manos
De un hombre que no existe
Pero existe la ley de la compensación. Mi amigo el loco ya no es mi amigo, se ha casado con una furcia que ya no es mi novia y en compensación yo sufro como un hijo pródigo en busca de mi hogar poético. Si esto me hace poeta, es una posibilidad. Leed, leed esto que escribo y que le gusta tanto a mi siquiatra.
EL TRAUMA DEL PRÓDIGO
El lobo débil sobre la blanca capa
de nieve que él ve oscura
Es consciente de forma clara
que no hay futuro en su invierno
porque el gremio acepta solo
lo impersonal y nada creativo
La oveja negra sobre la dorada
arena de la desértica playa
Asume la muerte del genio
que no desea ser admitido
bajo el techo de la uniformidad
muerto cualquier pensar intuido
En sueños previos al tránsito
las ovejas ayudan a los lobos
En cuadros iluminados
la Poesía guía los pinceles
En sonatas como estiletes
los intérpretes recrean mundos
Limpian los traumas del pródigo
los prodigios de los artistas
Arriesgan el confort de hoy
y buscan lo diferente de mañana
Devuelven el contenido creativo
a la vacía caja de nuestro espíritu
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Leopoldo Panero siempre me cayó bien a pesar de estar catalogado entre los poetas malditos etc.etc.
ResponderEliminar¿Sabes a quién me has recordado con tu entrada de hoy? al loco de los poemas del amigo Toro.
Besos
Espero que te lo recordara el protagonista y no yo.
EliminarBesos
El trauma del pródigo encaja muy bien en la historia de tu protagonista.
ResponderEliminarCurioso,a mí no me recordado nada a Toro,hoy no coincido con Tracy.
Panero viene aquí divinamente.
Besos.