SU VIDA, SU CULPA
Mira detenidamente a tu padre,
sus michelines, su sedentarismo,
no corre, no va al gimnasio.
Tampoco de más joven lo hacía,
trabajaba en un ambiente tóxico
y luego se relajaba con un whisky
los sábados por la tarde.
Mira su artrosis y sus endodoncias,
observa su decrepitud auto-inducida.
No hagas como él, no seas culpable
de ser una carga de mayor.
Pero, mira su concentración leyendo,
su arqueológico disfrute del papel.
¿Cómo es posible que sonría?
¿Será demencia, o quizás no?
También la dignidad de su gesto
que dice comprender y perdonar
y luego escribe un inspirado poema
en un viejo cuaderno azul.
Mira su mirar y su visión del cielo
e intuye su felicidad sin engaños.
No hagas como otros, abducidos
por simplezas sin valor.